NARCISO
Hoy ha florecido en mi ventana
un narciso de corola de oro
y tallo de esmeralda.
Se mira los pies
no por tímida modestia,
sino en sus exacerbadas ansias por hallar
su reflejo en el espejo del agua.
Mas no encuentra lago ni estanque
donde confluyan las líneas
de su corona dorada.
Hoy ha florecido en mi ventana
un narciso de corola de oro
y tallo de esmeralda.
Se mira los pies
no por tímida modestia,
sino en sus exacerbadas ansias por hallar
su reflejo en el espejo del agua.
Mas no encuentra lago ni estanque
donde confluyan las líneas
de su corona dorada.
Su corva postura es desconsuelo,
llanto perpetuo ante la ausencia de reverbero.
Nada importa, él inventará su propio universo,
donde será actor de su particular ficción.
franqueará la delicada frontera
que media entre la razón y el primario instinto.
Así yacerá en un imaginario campo
inundado por la terneza de la temprana primavera,
aun cuando el invierno le haya cuajado
las venas de hielo,
así modulará su voz con vegetal eco,
en un acto tan afectado como artificioso.
Hoy, en las estribaciones del inclemente frío,
ha florecido en mi ventana
un narciso coronado de rubio esplendor,
enamorado de la fatua imagen de sí mismo,
que atesora en su corazón para el amor ajeno incapacitado.
Mayte Llera (Dalianegra)
llanto perpetuo ante la ausencia de reverbero.
Nada importa, él inventará su propio universo,
donde será actor de su particular ficción.
franqueará la delicada frontera
que media entre la razón y el primario instinto.
Así yacerá en un imaginario campo
inundado por la terneza de la temprana primavera,
aun cuando el invierno le haya cuajado
las venas de hielo,
así modulará su voz con vegetal eco,
en un acto tan afectado como artificioso.
Hoy, en las estribaciones del inclemente frío,
ha florecido en mi ventana
un narciso coronado de rubio esplendor,
enamorado de la fatua imagen de sí mismo,
que atesora en su corazón para el amor ajeno incapacitado.
Mayte Llera (Dalianegra)