Para Andrés Rueda,
espejo de libertad personal y creativa.
Aunque aislado en tu universo de náufrago
-ya elegiste tu rincón-
con una cumplida indiferencia vives lejos
del asedio quebradizo de las vanidades
-de la cresta de la ola sobre todo-
sin perder el brillo vivaz en tus ojos.
Te preguntas
si encontrarás a quién explicarle
el desgarro interior de tus insomnios,
si comprenderás que tu último amor ya ha caducado
-prolongarlo es pudrirlo.
Traedme quietud
-dices-,
aprenderás a defenderte
de tantas compañías sin silencio
que de antemano sabes que te destruyen.
Traedme silencio
-susurras-,
vivirás dignamente, lejos de toda lucha estéril
por lo que ya no te pertenece,
aprenderás a estar triste sin humillarte,
ya no pasarás la vida rumiando tus reiterados errores.
Traedme luz
-suplicas-,
vivirás sólo por gusto,
no malgastando tiempo en otra espera.
Y aunque arrastras una pena de orfandad
-es tu pánico atroz-,
sabes que la muerte ya no es solución
para tu angustia.
Traedme quietud.
Traedme silencio.
Traedme luz.
Jesús Amaya
http://jesusamaya.blogspot.com.es/
Gracias, mi querido amigo Jesús.