No olvides la primavera
Reposo
Una tristeza del tamaño de un pájaro.
Un aro limpio, una oquedad, un siglo.
Este pasar despacio sin sonido,
esperando el gemido de lo oscuro.
Oh tú, mármol de carne soberana.
Resplandor que traspasas los encantos,
partiendo en dos la piedra derribada.
Oh sangre, oh sangre, oh ese reloj que pulsa
los cardos cuando crecen, cuando arañan
las gargantas partidas por el beso.
Oh esa luz sin espinas que acaricia
la postrer ignorancia que es la muerte.
Vicente Aleixandre
Grande, grande Aleixandre.
ResponderEliminarMirando tu cuadro me han dado unas ganas locas de meterme dentro de esa marea de flores amapoladas y luminosas,mientras recito este poema de intensidad sublime.
Dúo perfecto.
Besos.
Sabes conjuntar muy bien las letras con tus pinceles.
ResponderEliminarNo entiendo demasiado de pintura, Andrés, sólo sé sentir la paz y serenidad que me inspira un cuadro, el sosiego y hasta ternura, en cierto modo.
Y todo eso lo percibo cada vez que entro a tu blog.
Un saludo afectuoso.
Contigo y tus pinceles, es imposible olvidar la primavera, amigo Andrés.
ResponderEliminarDesde el reposo que se respira y adivino, te felicito, gran hombre.
Saludos cordiales
¡¡Que pintura mas hermosa! Me encanta ese campo azul con flores que dan color y calor al conjunto.
ResponderEliminarBesitos.